lunes, 26 de enero de 2009

El collage en la historia del arte

Pablo Picasso introdujo el collage en el arte en 1912 con su pintura Naturaleza muerta con silla de rejilla, al incorporar directamente en la obra hule en forma de rejilla en vez de pintarla o dibujarla. En este collage vemos que se integran los objetos reales a la pintura, a la vez que estos producen un engaño visual, en especial la rejilla de hule, que es en realidad un pedazo liso de hule con un diseño que simula una rejilla.














El mismo año, Georges Braque utilizó papel pintado que imitaba madera en su obra Cabeza de mujer.
Aquí se mezcla un dibujo simple y sintético de una mujer, con el papel de madera, que es realista en su efecto de engaño visual, pero que aquí actúa como color y textura para la obra.


















Diversos estilos del siglo XX, tales como el futurismo, dadaísmo, surrealismo y pop art, entre otros, vieron el potencial del collage como un arte de vanguardia, debido a que transgredía los límites de la pintura tradicional e incorporaba nuevas ideas a lo que se entendía como arte. Con la técnica del collage el arte adquirió una nueva dimensión estética, en donde además de imágenes recortadas y objetos, se incluían palabras dentro de la obra, por lo que la escritura, antes solo utilizada en afiches publicitarios, ahora se suma a la pintura como un trazo o una mancha más, además de reforzar la importancia del concepto en la obra de arte.

Raoul Hausman en su obra Dadá cino (1920) utiliza el fotomontaje, que es la superposición de distintas fotografías para crear una composición, en la cual además incluye palabras y frases alusivas al movimiento dadaísta.


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